Este fin de semana además de tener la conjunción de Venus-Saturno en tensión a Urano, tensión en la cual me he centrado en el vídeo para el fin de semana, hay otro tránsito que a simple vista puede parecer que no tiene importancia pero es muy importante para irnos preparando para la Luna Llena del mes de febrero que será en Virgo; Me refiero a la conversación entre Vesta retrograda y Neptuno.
Vesta es el asteroide que enciende nuestra llama interior, en Virgo por tanto es la encargada de estimular nuestra mente en esos procesos que necesitamos para purificar nuestro cuerpo: como le cuidamos, como le escuchamos y como lo ponemos en marcha. Al estar retrograda, no cabe duda que estamos re-evaluando como lo hacemos. Esta energía, no olvidemos alimenta a Mercurio que también está retrogrado, reubicando soluciones.
Pues bien, Vesta se encuentra enfrente de Neptuno en Piscis, que siempre nos puede poner alguna cortina de humo y nos hace ver lo que no es real. Sobre todo a nivel salud, esta energía es importante porque nos puede llevar a visionar aspectos que nos llevan a la fantasía poco productiva.
Esta energía será la que tendremos en Luna Llena en Virgo el próximo 27 de febrero, por lo que supone un buen entrenamiento para distinguir entre visiones positivas y negativas.
El punto de inflexión lo ponen los Nodos Lunares en Géminis-Sagitario y la Luna en este último. Así que una gran tensión mutable se nos presenta en la que la mente nos puede jugar malas pasadas. Desde luego si vibramos en alta frecuencia no será para preocupare pero si la conciencia está pensando en no construir nuevas situaciones en nuestras vidas y donde el Amor reine, seremos proclives a ciertas depresiones o bajones anímicos.
No olvides sonreir y bailarle a la vida y sobre todo apartar ciertos límites exteriores que solo pretenden anular las emociones humanas. El tema va de aprender y ser flexibles, nuevas expectativas de vida rondan. Vibra alto y al que no le guste que mire para otro lado jajajaja